Antecedentes Históricos


Para comprender en su totalidad el origen del Hospital General de México, es necesario remontarse a la época de la colonia española en México cuando con la llegada de los españoles al nuevo continente arribaron varias órdenes religiosas, quienes bajo el concepto medieval de “Caridad”, proporcionaron los primeros servicios hospitalarios, con la vieja tradición de ser al mismo tiempo, hospederías, orfelinatos, asilos y sanatorios.
Este concepto de “Caridad” surgió con la idea, puramente cristiana, de crear hospitales y asilos para enfermos y pobres que eran atendidos, supuestamente, por personas llenas de fe y amor y desprendidas de los bienes terrenales. La necesidad de atención de enfermedades locales y de otras nuevas que llegaron con los visitantes españoles de Europa, motivaron el la creación de hospitales.

En 1524, se inauguró el primero de ellos en México, el Hospital de la Concepción de Nuestra Señora, que años después cambiaría su nombre por el de Hospital de Jesús de Nazareno. La Concepción de la Caridad fue la razón principal para la fundación de los 128 hospitales en el siglo XVI en México, pues afirmaban los conceptos religiosos de obtener el “perdón divino”, o para conseguir la aceptación de la sociedad ante algún pecado cometido. Este importante número de hospitales correspondía al inmenso territorio conquistado.
Del total de ellos, en la capital sólo se fundaron 9, entre los que se encontraban: San Lázaro, San Hipólito (para hombres con enfermedades demenciales), Epifanía u Hospital Infantil Franciscano, Real de Naturales (para indígenas) Real del Amor de Dios (para la atención de enfermedades venéreas) y el de Nuestra Señora de Monserrat (para enfermos crónicos). En el siglo XVIII, la obra hospitalaria encabezada por las órdenes religiosas perdieron su autoridad ya que los reyes españoles ya no se interesaban por nuevas fundaciones en la Nueva España, a pesar de que la idea de la Caridad se mantenía vigente a pesar de que se buscaba que los servicios proporcionados a los enfermos fueran mejores.
Este nuevo concepto de atención coincide con la fundación del Hospital General de San Andrés en 1779, donde se intentó proporcionar a los enfermos mejores servicios, concretando la “Justicia Humana” en la atención de enfermedades. Al mismo tiempo que el imperio español comenzaba su decadencia, iniciaba la evolución de la práctica médica en los hospitales, donde ya lo importante no era sólo contar con personas que ayudaran a los enfermos a “bien morir” sino para reestablecerles su salud. Este cambio en la conciencia médica motivó al gobierno a asumir el control de las instituciones de salud y no dejarlo a las organizaciones religiosas, de este modo, los conceptos de derechos humanos, caridad y asistencia médica se elevaron al concepto de “Beneficencia Pública”, más acorde a los cambios sociales y políticos originados por el movimiento de independencia en 1810 y a las investigaciones en botánica realizadas por médicos como Luis Joseph Montana, el Doctor Montaña y Mariano Mocino.

Para 1821 el gobierno independiente ordenó que todos los hospitales existentes en la Ciudad pasaran a manos del Ayuntamiento.
En 1841; la Junta Médica del Distrito Federal es sustituida por el Consejo Supremo de Salubridad, encargado de vigilar la enseñanza y práctica de la medicina, propagar y preservar las vacunas, dictar las medidas de higiene pública, inspeccionar los establecimientos públicos, así como redactar el Código Sanitario de la República Mexicana.
La última etapa de cambios en el ámbito de la salud durante el siglo XIX, fue resultado de las Leyes de Reforma en el gobierno del Presidente Benito Juárez en 1859, en base a estas leyes y a la confiscación de los bienes del Clero, el estado se hacía cargo de la política de salud.
La elaboración del Primer Código Sanitario Mexicano bajo la dirección del Dr. Eduardo Liceaga en 1885, entre otras cosas, motivó la creación y presentación por parte de un grupo de médicos distinguidos de la época, un proyecto para la creación de un Hospital General en las afueras de la Ciudad.

El 22 de noviembre de 1895 se presentó el proyecto preliminar de construcción del Hospital General de México.
El 1º de abril de 1897, el Presidente Porfirio Díaz anunciaba el inicio formal de las obras de creación de un hospital totalmente vanguardista: pabellones independientes, incombustibles, construidos de ladrillo y fierro, con ventilación adecuada, facilidades para aseo y desinfección, en general, basados en modelos de modernos hospitales europeos.
El Hospital General de México fue inaugurado el 5 de febrero de 1905 por el Presidente Porfirio Díaz, con la presencia del Dr. Liceaga y su primer director, el Dr. Fernando López, todo el personal que integraba este nuevo Hospital contaba con nombramiento firmado por el mismo Presidente Díaz, así mismo cabe resaltar también que los gastos de los servicios públicos de salud comenzaron a tomar en cuenta en el presupuesto de egresos de la federación.
La Institución desde sus inicios, funcionó como establecimiento de beneficencia a cargo del Poder Ejecutivo de la Secretaría de Estado y Gobernación para la asistencia gratuita de enfermos indigentes sin importar edad, sexo, raza, nacionalidad ni creencias religiosas, principios que a la fecha perduran y motivan el trabajo que se desarrolla en el Hospital.
En 1906, el Hospital comienza su historia como parte fundamental en la formación de profesionales en la salud en México al establecer la primer Escuela de Enfermería del país, inaugurada formalmente el 3 de octubre de 1906.
La primer Sociedad Médica del HGM, fundada el 7 de febrero de 1908, nace de la necesidad de agruparse para intercambiar experiencias ante el constante desarrollo del trabajo que se realizaba en el Hospital, la mesa directiva se conformó por los doctores Eduardo Liceaga y Fernando López como presidentes honorarios; el Doctor Julián Villareal, presidente; Doctor Eduardo Lamic, vicepresidente; Doctor Luis Troconis Alcalá, secretario perpetuo, y como segundo secretario, el Doctor Miguel Mendizábal.
En 1917 inició su gestión el Doctor Genaro Escalona, quien reordena el nosocomio, implantando una reglamentación para el quirófano y la programación de operaciones.
De 1921 a 1924 el Doctor Cleofas Padilla mejora la Institución en los departamentos de distinción o pensionistas, en el de niños, además de reorganizar y reglamentar los servicios de enfermería y practicantes.
En 1924, el Doctor Genaro Escalona asume la dirección del Hospital, iniciando así, una de las etapas más florecientes del establecimiento de la medicina en México; durante su gestión rompe con los moldes establecidos, eleva el nivel hospitalario e impulsa decididamente la investigación científica.

Los pabellones destinados a cada una de las ramas principales de la medicina fueron dirigidos por médicos que después serían las grandes figuras de la medicina nacional, creadores de los institutos de especialidades que funcionan en la actualidad, como por ejemplo Cardiología, Enfermedades de la Vías Urinarias y del Aparato Digestivo, a cargo de los doctores Ignacio Chávez, Aquilino Villanueva y Abraham Ayala González.
El Doctor Ignacio Chávez es comisionado por el Doctor Escalona para convertir el pabellón 21 en un servicio de Cardiología, el moderno equipo requerido para tal proyecto llega en 1925, entre otros manómetros, oscilómetros, un esfigmomanómetro de Potain y un cardiógrafo de Boulitte.
En 1937 el Doctor Ignacio Chávez fue nombrado director del Hospital y comenzó una campaña de promoción para reforzar e institucionalizar los cursos para médicos ya graduados.
En 1939 inició su periodo de gestión el Doctor Aquilino Villanueva, quien junto con el Doctor Gustavo Baz al frente de la Secretaría de Asistencia, habrían de mantener la efervescencia científica que a la fecha es una de las características más importantes de la institución.

En 1943 se creó la Secretaría de Salubridad y Asistencia con la fusión de la Secretaría de Asistencia Pública y el Departamento de Salubridad con base en el decreto del 18 de octubre de 1943, dependiendo el Hospital General de México de dicha dependencia.
En 1946, bajo el mando del Doctor Abraham Ayala González se impulsó a la enseñanza médica con la creación de una oficina de enseñanza e investigaciones médicas, perfeccionó además los programas de estudio, y logró la permanencia de médicos de base los domingos, lo que introdujo el concepto de Institución que trabaja las 24 horas los 365 días del año.
De 1948 a 1950 varios de los médicos especialistas del Hospital General de México son transferidos a los nuevos Institutos Nacionales de Salud en reconocimiento a su amplia historia de excelencia médica.

Esta excelencia y los avances médicos en el triunfo contra las enfermedades a pesar del escaso presupuesto, hicieron que en la gestión del Doctor Francisco Fonseca García, enfrentara con éxito los rumores acerca del posible reemplazo de la Institución por otros complejos hospitalarios.
Durante la década de los sesentas, el hospital recibió por primera vez recursos para su remodelación, logrando con esto mantener el nivel de excelencia en el servicio que le caracterizaba hacia sus usuarios.
En 1970, el Doctor Héctor Abelardo Rodríguez Martínez plantea la creación de un Museo de Anatomía Patológica, el cual, actualmente cuenta con 700 piezas, algunas únicas en el mundo y otras peculiares, como por ejemplo el hígado del General Lázaro Cárdenas, cedido por la familia después de la autopsia practicada por el Doctor Jorge Albores Saavedra, titular de la unidad de anatomía patológica. De 1974 a 1984 destaca la participación del Dr. Francisco Higuera Ballesteros, quien se distinguió como conciliador y buen negociador político, ejemplificado por la cordial relación que mantuvo con el sindicato y que alejó la posibilidad de surgimiento de problemas laborales.
Durante su gestión, se desarrollaron ampliamente todas las especialidades médicas, se fundó la clínica del dolor; en oftalmología el Doctor Juan Heatley fabricó para uso en el Hospital un oftalmoscopio estereoscópico, mucho antes de recibir del extranjero modelos comerciales; en gastroenterología se sumaron los servicios de esofagología, coloproctología y gastroenterología medico-quirúrgica y finalmente Urología se subdividió en tres sectores básicos, oncología urológica, cirugía reconstructiva y litiasis.
Bajo la dirección del Doctor José Kuthy Porter, en 1985 el Hospital General de México enfrentó una de las pruebas más duras de su existencia, el terremoto que se registró en la Ciudad de México destruyó la unidad de Ginecobstetricia y la Residencia de los Médicos, además de incontables pérdidas humanas entre pacientes, médicos, residentes y enfermeras.
Hasta antes de septiembre de ese año se contaba con 1700 camas, como consecuencia del sismo el Hospital sufrió daños considerables quedando reducida su capacidad a 1,178 camas censables.
Un año después se adecuaría un jardín en el lugar donde estuvieran los edificios derrumbados.

El 23 de mayo de 1986, se publica en el Diario Oficial el Decreto por el que se crea como Organismo Administrativo Desconcentrado, jerárquicamente subordinado a la Secretaría de Salud, con autonomía operativa, en el que se le atribuyen para el cumplimiento de sus fines una serie de funciones a fin de dotarlo de autonomía operativa y mayor presencia institucional para la prestación de servicios de salud a población abierta.
A partir de 1986 se consolidaron los cambios estructurales de la organización médica del Hospital, cuando la Dirección General se apoyó en cuatro áreas, tres de carácter médico y una de índole administrativa.
Cada una dividida a su vez en subdirección, división, servicio y departamento. La reconstrucción física del Hospital se llevó a cabo durante los tres años siguientes, en 1989, ya completamente rehabilitado, asume la dirección del Hospital el Doctor José Luis Ramírez Arias, quien se encarga de la implementación de diferentes políticas gubernamentales como el Programa Nacional de Solidaridad de 1991 a 1995.

El fortalecimiento de la estructura interna del Hospital, motiva que el 11 de Mayo de 1995, se creé el Hospital General de México como organismo Descentralizado del Gobierno Federal con personalidad jurídica y patrimonio propios, durante la gestión del Doctor Juan Ramón de la Fuente como Secretario de Salud y Presidente de la Junta de Gobierno de la Institución.
En Octubre de 1995 un nuevo sismo ocasiona la reducción en el número de camas a 1,008 e inutiliza la planta física de los servicios de Cardiología, Cirugía Cardiovascular y Cirugía Plástica y Reconstructiva. El 1° de Mayo de 1997 y como consecuencia de la descentralización, se autorizó la propuesta de modificación estructural del Hospital General de México por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.